jueves, 21 de agosto de 2014

Crónica de un tiovivo estático.


Crónica de un tiovivo estático.
Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar

Algunos días después de dejar de lado "Once días de Buque" me embarqué en lo que sería mi mejor cuento; y lo digo porque sé que el tiempo me dará la razón.
Sin conocer siquiera cómo funciona la razón, la abandoné al tiempo, buen encargado irresponsable de mi destino. 
¡¿Qué iba a hacer si no?! Era lo único que me quedaba. Pensándolo mejor, siempre fue lo único que tuve. 
Y así es que ni de mi tiempo ni de mi destino soy el dueño, lo único que aún me respeta y cumple conmigo es mi entusiasmo, que al mismo tiempo tiene un solo destino: matar al sin destino y sin tiempo con una buena dosis de desilusión.
Odio al entusiasmo, tan kamikaze.



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