domingo, 26 de octubre de 2014

Resquebrajados



Resquebrajados.
Marcos Hillebrand.
Shaquerla.blogspot.com.ar




-¿De qué está hecho el corazón, señora?
- En honor a la verdad, gran anciano blanco, no lo sé. ¿Usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Usted qué me dice?
- Yo digo que es cristal.
-¡Que trillado!, ¡Ja!
-¿Amor?
- Cliché
-¿Paz?
-¿Paz? ¡Ja!
-¡¿Motor?! ¡Motor!
-¡Motor, sí! Bombea la sangre. Motor, ¡sí!
-¿Motor, entonces?
-No sé, gran anciano blanco, ¿Usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Siente que es motor?
-¿Viéndome ahora mismo, dónde estoy, cómo he llegado a esta punto de madurez, de vejez, le parece que lo siento realmente así?
-Definitivamente no.
-Bueno, por eso para mí es cristal.
-Qué trillado.
-¿Y usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-Qué es para usted, si no es ni cristal, ni amor, ni paz, ni motor?
-Motor ¿por qué no?
-Pero ¿me dirá específicamente qué es para usted?
-Viéndome aquí, con usted, por primera y última vez, ¿le parece que tengo corazón?
-Yo estoy aquí, igual que usted conmigo, con usted, y tengo mi corazón, es cristal. Y por eso mismo es que nos estamos viendo, quizás. ¿Por qué usted no tendrá corazón?
-Entonces para mí es un estúpido tumor en apariencia de motor. Es, en definitiva, lo que me conecta con el remordimiento de poder ser algo mejor, de tener la posibilidad de vivir.
-¿Y usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Se va a quedar o se va?
-Su tiempo terminó, gran anciano blanco. Viejo anciano blanco. Ya me voy.
-Cuide su tumor, entonces.
-Cuide su cristal, entonces.
-Hasta luego, entonces.
-Hasta luego.
Fotografía: Jimena Castiñeyras
Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti/


sábado, 25 de octubre de 2014

Mullida vejez



Mullida vejez
Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar



Ruego usted pudiese verme riendo del destino. 

No por loco,
porque de los locos no me río,
bien los envidio.
No por borracho,
porque los borrachos somos 
un montón.
No por burlón,
porque para burlón estoy yo,
y de él me burlo.
No por intrépido y cabezudo,
como algunos lo ven.
No por cobarde y amedrantado,
como otros lo sufren.
No por reflejo del fracaso,
ni por desgracia de su ciclo
o su azar desentendido

Ruego usted pudiese verme a los ojos
mientras me río del destino.

Quizás así pudiese entender el por qué,

Y el eterno retorno...
Si no fuese Neitszche 
también me burlaría. 
Porque al fin y al cabo es
la misma forma
de deformarse
y reformarse,
de ser lo que se es
y nada más.
"Serás"
(si puedes burlarte de él)

Destino.

Me río de él por
los años de esperarlo,
porque me plantó.

Me río porque no es,
porque no toma forma,
porque no se palpa.  

No hay,
no existe.

Por eso estoy medio loco,
soy borracho y burlón.
Por eso a su costilla más.
Si pudiese verme a los ojos,
oírme,
tocarme,
compartirme,
sentirme,
ahondar en mí, 
buscar,
indagar, 
mullir,
todo los ir al alma
todos sus ir a mi alma.
Si pudiese...
Pero qué suerte usted no puede.
Seríamos dos,
y no estoy para compartir.
Me costó vejez tenerlo,
me costó esperarlo y que no aparezca.
Me costó dejar de creer en mí.
No está para compartir.

Si pudiese reírse usted también.
Si pudiese, joven, aproveche ahora.
No espere a viejo.


Fotografía: Jimena Castiñeyras
Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti/

jueves, 23 de octubre de 2014

Refilón soledad.



Refilón soledad.
Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar



Tengo una llaga, y son tus yemas las únicas que saben endulzarla. Sobre esta lesión descansan mis desengaños y mis desesperanzas, mis desalientos. Todo yace y se articula en ese cáncer, la fiebre de mi porvenir; y tus manos endulzan la herida.
Dudo de mí si no hurgan tus manos mi dolor, mi abismo, mi quéserá tan discontinuo y tan frecuentado por esos apócrifos y manoseados fantasmas de un pasado de refilón.
Gracias a tus yemas por su maltrato suave. 
Gracias fiebre mía por dejarla hurgar despiadada.

Contratapa Pescado 2.
Yemas que tocan cuerdas
y herida que se abre.
Contratapa que le da sentido.

jueves, 16 de octubre de 2014

Le long de la route, querida.




Le long de la route, querida.
Dilo.

Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar



Si pasó soy yo.
Te miró, lo sé, soy yo.

¿Cuán descuidada estás?
Si no saludo es porque me fui.

Si tropezó soy yo.
Se rió, lo sé, soy yo,

¿Cuán alejada estás?
Si no te reíste y yo me reí.

Somos desconocidos entre sogas de algodón.
Descocidos entre habitaciones de hotel,
almorzando juntos desde algún lugar,
y soñando fríos cada uno en su ciudad.

Tu vaso, mis platos, tus cortinas largas,
las ventanas sin limpiar,
las copas nuevas y la caja de zapatos taco alto,
nuestras adicciones y tu lunar,
mis muestras de fe y tu esperanza de pan,
vacíos,
-aunque llenos de amistad-,
¿quién dijo que el amor es lo único que hay?

Volveré y volverás, espero
quizás el mismo lugar, la misma casa.

No digas distancia.
No digas amor.
Di verdad.


sábado, 11 de octubre de 2014

El terreno de batalla.



El terreno de batalla.
La totalidad en tres.

Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar
wescribe.co/u/marcos-hillebrand/profile



Todo se prefigura como una porquería.

La peor porquería es ese yo momentáneo 
y estentóreo -a fuerza de vacilaciones-
tan fácil de convencer,
que todo lo aplaude,
que todo le da bien,
que todo lo hace mejor,
que en se sabe el mejor.

Esa es la peor porquería.

Y esa peor porquería tiene en su núcleo
algo peor en su cualidad de porquería:
que es una porquería en alma,
ya no en moco
o tinta,
-o verborrea-,
es una porquería en alma.

-"Esto hace que se construyan, sobre la misma base -que para nada las condiciona-, dos porquerías, ese idiota inflado y este idiota que escribe a escondidas del otro idiota, que toma un mate que se le enfrió, toma otro para saborear la yerba en caliente, y lo escribe."

Dos idiotas disputándose una totalidad que,
inútil y estupefacta, 
cede ante su lucha,
olvidando todas las demás almas olvidadas
entre cráneo y cerebro.
-Las que martillan la humanidad
y le dan vida a los sentidos-

Por eso es siempre soy porquería.

Porque,
o soy porquería engreída,
que se infla y explota;
o soy porquería arrepentida,
que se arremanga y rezonga.

Esto haría prefigurarse una porquería en dos,
pero en realidad soy una porquería en tres.
Puesto que soy la porquería que dejan,
el terreno de batalla.
El territorio que ambos se cuestionan
tener que repararlo,
pero que a la hora de la verdad
ninguno se toma en serio el trabajo.
Cada uno, en su turno,
me aprovecha hasta el hartazgo,
y el otro que le sigue le imita
-soy yo quien imita ambos polos:
la peor-

Esa porquería soy,
la unión de ambos. 
El terreno de batalla.
El territorio en disputa.
La totalidad en tres.


Fotografía: Jimena Castiñeyras.
Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti