jueves, 13 de noviembre de 2014

Es la verdad


Es la verdad.
Marcos Hillebrand
shaquerla.blogspot.com.ar





Cantando siempre así,
es la verdad,
te encontré, y a mi
me pude abrazar.
Me pude abrazar...

El lugar del que partí
es la verdad...
El tiempo que perdí
no hizo falta zanjar.
Me pude abrazar.

Inclusive volver
me hace bien a la piel,
mirar mi laguna
y mojarme los pies.



lunes, 10 de noviembre de 2014

El polvo en la parafernalia.




El polvo en la parafernalia.
Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar

Fotografía: Jimena Castiñeyras
Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti/


Solo para casos de emergencia, sí. En casos de emergencia yo sigo un protocolo bien estricto, estipulado de principio a fin. Me ha tomado años seriar, catalogar y precaver cualquier imprevisto de cualquier índole. Cualquier imprevisto de cualquier categoría, los tengo todos bien observados, con mucho recelo, los tengo, digamos, como enjaulados. Sí. Así debe ser, por si la emergencia. En caso de emergencia, sí, estoy preparado.
Pasaron muchos años ya. Lo bueno es que sigo precavido, en caso de emergencia. Y veo que soy bueno, porque no he tenido sobresaltos. Han habido vientos de tormenta pero estuve precavido. No he necesitado de todo el protocolo, tan ensayado en miles de simulacros tan menesterosos. Menesterosos porque para el gran acto tengo preparada la mejor de las parafernalias. Pero lo tengo todo esperando a la gran oportunidad, al gran momento en que las condiciones estén dadas. Porque por ahora son solo vientos de tormenta, ninguna emergencia real. Me falta, además, algo... que no sé. Cuando se me revele será el momento.
Dicen que... Dijeron, alguna vez... Que mi vida es un formulismo en piel y hueso, en ambos sentidos de la palabra. Pero lo dijeron hace tanto tiempo que ahora el tiempo me ha dado, sin querer y sin notarse demasiado, la razón toda. Me ha durado el tiempo, precisamente. Me ha durado la vida. El resultado está aquí, y los que dijeron no.
Lo que me impacienta, lo que me tiene intranquilo es, sin duda, la solemnidad con la que aguardo el momento. No entiendo aún por qué. El momento no llega. Cada vez siento menos la corazonada del casi, del a punto, de estar tan cerca, esa sensación, ese roce imaginario que alimentaba mi vida protocolar y formulista, cargada de una esperanza que ahora, -suspiro-, está un poco caótica, he de admitir.
No entiendo qué es lo que pasa.
Ayer he buscado por todos lados los preparativos para el gran día. Aún no los he encontrado. Los aparatos rechiflones de la burla a los que apuntaban con el dedo, aquellos que dijeron... Tampoco logré hallar las invitaciones. Pero bueno, de todos modos no tengo ahora a quién invitar.
No entiendo, todavía, qué es lo que pasa. Voy de minuto en minuto tratando de recordar en qué posición era que sentía las corazonadas, cuál era la pose mágica... No era la pose, aparentemente. No hay roce. La parafernalia ya para mí es una montaña de polvo. Las telas de lindos colores que tenía preparadas son ya para mí viejos andrajos, un tumor de harapos raídos, pálidos. Las cornetas las he usado de pisapapeles, pisacartas. He escrito varias a aquellos que me decían de mi un formulismo en piel y hueso. No envié ninguna.
Hoy tuve una corazonada, después de tanto tiempo, pero más bien punzante. Sin importar me aferré a ella, no tuve opción, después de tanto neutro... Me aferré a esa sensación, pero con eso me despido de cualquier intención de volver el tiempo atrás. Después de tan anodino vaivén entre espera y somnolencia, un cáncer me ha traído a la vida un último respiro, ese que me dice que el tiempo pasó, y que encima, me muestra la puerta de salida.
No he sido del todo precavido...Y para eso tanta parafernalia. Hubiese descubierto el corazón con tiempo, si de todos modos, al final del ovillo el tiempo se nos tira encima para abrirnos en dos el espíritu. Y para eso tanta parafernalia...

viernes, 7 de noviembre de 2014

Sin efecto



Sin efecto.

Marcos Hillebrand
shaquerla.blogspot.com.ar



Los años en reemplazo,
y la ausencia en mí.
Pero en tu piel hay más.
(sería como abandonar)

Y ni vos, ni yo.
No, no hay "todo bien"
Porque el gordi,
el gordi ¿cuándo vendrá?

Pero cuando se piensa
uhh, verdaderas canas
Y entre vos y yo
depende caminar.

En cambio es más fácil
guardar todo en la maleta
y cruzarse de piernas. 
Sentarse a ver los años.

La diferencia.
La ausencia
Tu piel expeditiva
y tu piel rugosa.
Camafeo de tu rostro
en las nubes,
las nubes como piedras,
las que vienen hacia acá.

Sentarse a ver los años
es morir.

Como escupirte en la boca,
o en la piel.
Y ni vos ni yo,
y no hay "todo bien"

¿Cuándo viene
el tiempo de ser?
¿Cuánto tiempo nos
cuesta el tiempo?

Como escupir
en tu boca,
o en tu piel.
No hay efecto.

Estoy en crisis,
y el camafeo de tu rostro
cae sobre mí
en una nube de piedra
llena de cronos.

Porque el gordi,
el gordi ¿cuándo vendrá?



Se me había ocurrido plasmar los sucesos de una pareja privada de la fertilidad en sus sexos.
De a versos muy remados fue saliendo, y bueno, sí, salió algo como eso, más o menos fiel. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Así


Así.

Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar



Invítame al sopor dulce
que antecede tu vuelo
de párpados cerrados
y grandes envergaduras,
de alas lánguidas
y endeble planeo hacia
el cenit en quién sabe dónde,
que sigue aguardándote con benevolencia.
Invítame a mí también.

Hazme en moldes,
hazme desde tu concienzuda entrega.
Hazme en consagración 
lo que en
alma
has
sido
siempre.
Hazme en invitación
lo que en
ganas
he
querido
siempre.

Muéstrame en silencio
lo que en palabras
no he podido
decir jamás. 

Enséñame, con párpados caídos,
dónde he de mirar
para encontrar
lo que en otros ojos
jamás encontraré.

Enséñame a buscar en vano,
entonces.
Invítame a volar 
para luego caer
-con estrépito clamor-
-con corridas lágrimas-
-con cabello al viento-

Muéstrame cómo rezar
sin creer más que
en el lugar de caída
o en el espacio vacío
donde guardan las súplicas
y miserias los
encapuchados
"de un mundo viejo"

Indícame el camino 
por el que, 
quizás,
pueda llegar a seguirte
el rastro,
alejado en tiempo,
en espacio,
en erudición
-existencial-,
algún día.

Algún día cuando te detengas, 
quizá te alcance,
si me invitas.

Algún día cuando te detengas,
será,
pero,
y de ser así,
prefiero no seguirte el rastro.
¡No te detengas!
No vuelvas ya,
es mejor así.

Siempre ha sido mejor así.

Fotografía: Jimena Castiñeyras
Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti/

domingo, 26 de octubre de 2014

Resquebrajados



Resquebrajados.
Marcos Hillebrand.
Shaquerla.blogspot.com.ar




-¿De qué está hecho el corazón, señora?
- En honor a la verdad, gran anciano blanco, no lo sé. ¿Usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Usted qué me dice?
- Yo digo que es cristal.
-¡Que trillado!, ¡Ja!
-¿Amor?
- Cliché
-¿Paz?
-¿Paz? ¡Ja!
-¡¿Motor?! ¡Motor!
-¡Motor, sí! Bombea la sangre. Motor, ¡sí!
-¿Motor, entonces?
-No sé, gran anciano blanco, ¿Usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Siente que es motor?
-¿Viéndome ahora mismo, dónde estoy, cómo he llegado a esta punto de madurez, de vejez, le parece que lo siento realmente así?
-Definitivamente no.
-Bueno, por eso para mí es cristal.
-Qué trillado.
-¿Y usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-Qué es para usted, si no es ni cristal, ni amor, ni paz, ni motor?
-Motor ¿por qué no?
-Pero ¿me dirá específicamente qué es para usted?
-Viéndome aquí, con usted, por primera y última vez, ¿le parece que tengo corazón?
-Yo estoy aquí, igual que usted conmigo, con usted, y tengo mi corazón, es cristal. Y por eso mismo es que nos estamos viendo, quizás. ¿Por qué usted no tendrá corazón?
-Entonces para mí es un estúpido tumor en apariencia de motor. Es, en definitiva, lo que me conecta con el remordimiento de poder ser algo mejor, de tener la posibilidad de vivir.
-¿Y usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Se va a quedar o se va?
-Su tiempo terminó, gran anciano blanco. Viejo anciano blanco. Ya me voy.
-Cuide su tumor, entonces.
-Cuide su cristal, entonces.
-Hasta luego, entonces.
-Hasta luego.
Fotografía: Jimena Castiñeyras
Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti/


sábado, 25 de octubre de 2014

Mullida vejez



Mullida vejez
Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar



Ruego usted pudiese verme riendo del destino. 

No por loco,
porque de los locos no me río,
bien los envidio.
No por borracho,
porque los borrachos somos 
un montón.
No por burlón,
porque para burlón estoy yo,
y de él me burlo.
No por intrépido y cabezudo,
como algunos lo ven.
No por cobarde y amedrantado,
como otros lo sufren.
No por reflejo del fracaso,
ni por desgracia de su ciclo
o su azar desentendido

Ruego usted pudiese verme a los ojos
mientras me río del destino.

Quizás así pudiese entender el por qué,

Y el eterno retorno...
Si no fuese Neitszche 
también me burlaría. 
Porque al fin y al cabo es
la misma forma
de deformarse
y reformarse,
de ser lo que se es
y nada más.
"Serás"
(si puedes burlarte de él)

Destino.

Me río de él por
los años de esperarlo,
porque me plantó.

Me río porque no es,
porque no toma forma,
porque no se palpa.  

No hay,
no existe.

Por eso estoy medio loco,
soy borracho y burlón.
Por eso a su costilla más.
Si pudiese verme a los ojos,
oírme,
tocarme,
compartirme,
sentirme,
ahondar en mí, 
buscar,
indagar, 
mullir,
todo los ir al alma
todos sus ir a mi alma.
Si pudiese...
Pero qué suerte usted no puede.
Seríamos dos,
y no estoy para compartir.
Me costó vejez tenerlo,
me costó esperarlo y que no aparezca.
Me costó dejar de creer en mí.
No está para compartir.

Si pudiese reírse usted también.
Si pudiese, joven, aproveche ahora.
No espere a viejo.


Fotografía: Jimena Castiñeyras
Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti/

jueves, 23 de octubre de 2014

Refilón soledad.



Refilón soledad.
Marcos Hillebrand.
shaquerla.blogspot.com.ar



Tengo una llaga, y son tus yemas las únicas que saben endulzarla. Sobre esta lesión descansan mis desengaños y mis desesperanzas, mis desalientos. Todo yace y se articula en ese cáncer, la fiebre de mi porvenir; y tus manos endulzan la herida.
Dudo de mí si no hurgan tus manos mi dolor, mi abismo, mi quéserá tan discontinuo y tan frecuentado por esos apócrifos y manoseados fantasmas de un pasado de refilón.
Gracias a tus yemas por su maltrato suave. 
Gracias fiebre mía por dejarla hurgar despiadada.

Contratapa Pescado 2.
Yemas que tocan cuerdas
y herida que se abre.
Contratapa que le da sentido.