viernes, 28 de febrero de 2014

Un simple modo.

Todos tus demonios se disolverán, y es que no creo en ellos. Pero si así lo quieres ver, así te lo diré.
Todos tus demonios se disolverán.

.Conmigo.

Se ha hablado, por encima de los humos del mar (mar que agobia incesantemente), que hablar está de más.


De mas está.


Dejaré de hablar.

Maldito Cíclope paralítico.

Se dice, que hay un cíclope paralítico que vive dentro de cada uno de nosotros, vista centrada y subjetiva a todas las cosas, pero con poco fundamento. Una mutación poco funcional de lo que solemos ser, cuando estamos solos.
Se dice entonces, que el cíclope paralítico hace de las suyas cuando uno no puede llevar las riendas, y cuando muchas personas se juntan, sin que cada uno pueda manejar sus hilos, se forma la convención de cíclopes paralíticos, dando lugar así a una pequeña pero llana conformación de "leudo-pseudo-sociedad" (si se deja reposar, se expande, como la levadura).
Se dice, también, que cuando los cíclopes se disponen a mirarse los unos a los otros, solo ven al que quieren y lo que quieren ver.
Se dicen, en varias mitologías populares de años recientes, que los cíclopes escapan a todo valor puesto en bandera si así el momento lo requiere. Los cíclopes, había sido, son solo una mutación sin vida, pero con movimiento, y arrastre, mucho arrastre.
Yo digo entonces, que preferiría matarlo y punto.
Maldito cíclope paralítico (quería controlarme).

Diamantes de la bruma.

   De la monotonía al vértigo de llegar al punto máximo de reflexión, ejecución del pensamiento y acción del polvo de la magia que brota del aire mismo, introduciéndose por los poros y oídos.
 
   Como una flecha -o una bala- que deja huellas en la piel pero que no hiere la carne, se introduce hasta lo más profundo, hasta el agujero negro del alma y de la existencia, hasta el crepúsculo del estado consciente.
 
   Del vacío a vomitar los desechos del espíritu y re-abastecer las esperanzas traslúcidas y la sensibilidad.
 
   De simple movimiento rutinario, cotidiano, a la magia instantánea que como toda magia, terminará.



Marcos Hillebrand.