miércoles, 11 de junio de 2014

El sauce llorón.


Fuerte es el viento que sacude desde adentro,
como fuerte son las raíces de mi sauce.
Y fuertes son los soldados del olvido,
como fuerte es la muralla que los aleja.

Mi sauce olvida que es solo recuerdo,
y que las murallas son su soledad.
Y llora mi sauce abriendo su corteza en dos.
¿Está dispuesto a tu voz que lo talaría?

Se acercan los soldados,
pero el sauce olvida que es recuerdo,
y el olvido es parte del sauce,
que si fuese al menos un poco de olvido,
sería polvo y volaría con el viento.
Y dejaría de llorar.
¿Llegarían así los soldados a su centro?
¿Podría tu voz talar el sauce que sigue sin perecer?


Marcos Hill.

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