Resquebrajados.
Marcos Hillebrand.
Shaquerla.blogspot.com.ar
-¿De qué está hecho el corazón, señora?
- En honor a la verdad, gran anciano blanco, no lo sé. ¿Usted qué?-¿Yo qué, qué?
-¿Usted qué me dice?
- Yo digo que es cristal.
-¡Que trillado!, ¡Ja!
-¿Amor?
- Cliché
-¿Paz?
-¿Paz? ¡Ja!
-¡¿Motor?! ¡Motor!
-¡Motor, sí! Bombea la sangre. Motor, ¡sí!
-¿Motor, entonces?
-No sé, gran anciano blanco, ¿Usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Siente que es motor?
-¿Viéndome ahora mismo, dónde estoy, cómo he llegado a esta punto de madurez, de vejez, le parece que lo siento realmente así?
-Definitivamente no.
-Bueno, por eso para mí es cristal.
-Qué trillado.
-¿Y usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-Qué es para usted, si no es ni cristal, ni amor, ni paz, ni motor?
-Motor ¿por qué no?
-Pero ¿me dirá específicamente qué es para usted?
-Viéndome aquí, con usted, por primera y última vez, ¿le parece que tengo corazón?
-Yo estoy aquí, igual que usted conmigo, con usted, y tengo mi corazón, es cristal. Y por eso mismo es que nos estamos viendo, quizás. ¿Por qué usted no tendrá corazón?
-Entonces para mí es un estúpido tumor en apariencia de motor. Es, en definitiva, lo que me conecta con el remordimiento de poder ser algo mejor, de tener la posibilidad de vivir.
-¿Y usted qué?
-¿Yo qué, qué?
-¿Se va a quedar o se va?
-Su tiempo terminó, gran anciano blanco. Viejo anciano blanco. Ya me voy.
-Cuide su tumor, entonces.
-Cuide su cristal, entonces.
-Hasta luego, entonces.
-Hasta luego.
Fotografía: Jimena Castiñeyras Flickr: https://www.flickr.com/photos/jimenacasti/ |