martes, 15 de abril de 2014

Plegaria, para una vida dormida.



Cuanto me cuesta, si, conectar historias,


Contar historias, cuanto me gusta.






Cuanto me cuesta, si, tomar el tiempo con las manos,


Matar las horas, cuanto me gusta.






Cuantas almas se malgastan, que nacen de horas muertas.


Cuantas horas se invierten, en historias que se cuentan.






Señores, salgan a las calles, las veredas,


Señoras, salgan a las calles, las veredas.


Señores y señoras,

“trepen a los techos ya llega la aurora”.






Señores, señoras, de las horas se pueden hacer historias.


Señoras, señores, las historias se cuentan en horas,


Pero a veces para una historia de horas se necesita una vida,





O vivir la vida.





Marcos Hillebrand.

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